dibujos en el agua

jueves

 

De la velocidad con que se retoma la seriedad en el rostro, luego de mostrar los dientes al pasar junto a una antigua conocida.



Nunca iría a la función de circo, preferiría oír por la noche a los leones en sus jaulas rugiendo. A esa hora en que los monos duermen, también en sus cubos de paredes de barrotes y hasta los elefantes han dejado de mecerse y por fin descansan, de seguro soñando cabalgar por los prados de la sabana africana. Al fin del pasillo de detergentes, con este aroma a burbuja seca reinante, aparece tu cabellera empujando un montón de colores, pero eres tú, como lo haz sido desde el día en que te presentaron en el baile, inmediatamente anoté tu nombre en mi libreta de baile, algún día deberé bailar con esta delgada cortesana. Siempre he querido verte mostrándome la tremenda peluca que debes tener entre esos muslos de pierna de ganso. Que no debe tener plumas ni lagartos, sino más bien ese preciado cangrejo que estoy seguro que tú tienes. Mezclada la tenaza mordedora y las láminas de carne rosa y mojada. Rosa y mojada, una combinación extremadamente única en todas las entradas y salidas a estos cuerpos de cera que tenemos los dos. Tan poco, pero tanto a la vez. El contador anota 20 pasos y disminuyendo la diferencia. He querido sujetarte esa pancita que se levanta a veces y canjearte esta senda cara de pescado que tengo, por que me dejes trazar una carta de viaje , que nos indique los puntos obligatorios donde quedarse o seguir, en el segmento que va desde tu ombliga y el final de la parte anterior de tu cuerpo de máculada, yo sé que como toda majadera, también se te ha pasado por la cabeza. Quizás a manera de flash, muy rápido. O quizás en forma de islote al cual nadas cada vez que estás dándote esas duchas que de seguro te das. 15 pasos. Aunque eso es improbable por que te he buscado la apuesta al final de los boquerones por los que miras y siempre es la misma, parece. La casa no paga. No va más, ampolletas rojas encendiendo y apagando, retire su apuesta si no está seguro. De seguro que la perderá igual, una corrida de bailarinas con arco de plumas blancas todas abrasadas y levantando las piernas, suena en el parlante que le da brillo a tus boquerones. 10 pasos largos. Siempre he querido verte mirándome por sobre tu hombro mientras apoyas tus manijas en tus rodillas y enseñas la bella peluca que debes tener entre esos muslos y esos glúteos de plátano fresco, con la dureza justa en cada uno. No necesitas abrir las piernas ni dejar de sonreír. Sé que te ríes de mi cara de moquete, mientras veo esa golosa figura con la que debes andar entre piernas. 7 pasos largos. Quizás tú no le das importancia, ni siquiera reparas en ello, pero tener esa tremenda laguna blanda y calma, te hace muy tierna. Galáctica . Incomparable a ninguna otra mata de pelo. A ninguna peluca de payaso ni a ninguna depresión intermedia. Siempre he pensado que dejaría todo para después, no contaría calles vacías, ni le haría nudos al pelo que tengo sobre las orejas. 3 pasos largos o seis cortos. Solo cubriría con la palma de la mano todos esos peluquines suaves y los ordenaría junto a la línea de la vida de mi palma derecha. Así de arriba hacia abajo, rayándome las marcas de suerte. Sé que me haría efecto inmediato. A 2 pasos como sonámbulo borracho. Que contendría todos los tigres que tengo acá en estos cercos. Lo sé. 1 paso largo o corto. La secuencia de cuadros muestra tu rostro abriendo paso en la boca a toda esa hilera de dientes y esa lengua de calamar emite el sonido de mi nómina seguido de un gesto de pata de gallina en los ojos. Yo te devuelvo el mismo efecto de cegatón en los ojos y el gruñido de saludo es tan tristemente calculado que va acompañado de unas fotos espléndidas de ansiedad pilucha y falsete. Ahora estamos en el cero absoluto. En la línea del ecuador para llegar a sujetarte a lo menos uno o dos orgásmicos espasmos de galaxia. Y la cabeza de tu cuerpo. Apenas ocupa medio cuadro en este film de película auto inflingida. Y pasa en cámara rápida. El resto es solo tu espalda que pasa en mi película, botando todos los frascos de miel y se pierde en el pasillo de licores caros. Ahora las puntiagudas comisuras de la boca van cayendo a la posición de desencanto y horizontalidad perpetua. Quisiera ir a beber agua fría. Ir a escuchar a los leones rugiendo en sus jaulas cuando todo el mundo se ha ido a sus casas. Por eso es que duermen de día. Ir a coleccionar tazas de té frío a medio llenar. A caminar en off.

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